Fue una velada inolvidable donde repasaron grandes momentos de este género musical siempre mezclándolo con una cuota muy grata de humor.
El piano de Fraga desanduvo las melodías más bellas, atrapantes y esquisitas.
El contrabajo de Ramus regaló desde el comienzo y hasta el final un sonido brillante, virtuoso, de una calidad única.
Al mismo tiempo que Giunta manejó las intensidades y fue llevando los climas desde la majestuosidad cálida de los temas más románticos hasta la energía de sus solos. Sencillamente extraordinario.
Además, la introducción a la noche jazzera la hizo la Misiones Jazz Band con un breve repertorio de clásicos que hicieron entrar en calor al público.
Sin dudas, una gran noche. El 12 de octubre volverá el jazz a esta ciudad con la presentación de Gillespi y una banda imperdible. El Paraiso del Jazz, por lo visto, está de para bienes.
(Quiero agradecerles a los hermanos Spasiuk, organizadores del espectáculo, y a Juan, el pibe de la boletería, que nos atendieron con muy buena onda durante la semana. También a la Pao Stéfany por las fotos de 3G)
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